El aviso de la ministraTejerina
a los agricultores catalanes, sobre los males que conllevará la posible
secesión, me recuerda a aquellos curas
que desde los púlpitos decían que llegaría el crujir de dientes
cuando se escuchasen las trompetas de Jericó. Aquí el Apocalipsis ya está servido. Les ha dicho a los agricultores esta iluminada que la UE consume productos catalanes
y que, por tanto, “aislarse es perder”. Y entonces, ¿por qué Marruecos trae
productos de consumo a Carpetovetonia? Eso lo ha contado la ministra en
Huesca, durante la clausura de la
XIX Jornada Informativa de Riegos del Altoaragón.
Lo que no ha contado la ministra es que los productos derivados del cerdo, o
sea, los espetec de Casa Tarradellas y las salchichas y el fuet de Bon Area, por citar dos empresas, proceden de cerdos que se
engordan en Aragón, donde también dejan los purines. A la ministra de
Agricultura le diría que personalmente voy a seguir consumiendo cava Juvé & Camp cada vez que tenga
ocasión; que voy a seguir admirando el Modernismo catalán, los cuadros de Francisco Masriera, bebiendo Anís del Mono y observar el rostro de Darwin dibujado por Ramón Casas en 1898 para los hermanos Bosch, de Badalona. Se cuenta
que la consorte real Victoria Eugenia,
al enterarse de la publicación de “El
origen de las especies” dijo: “Esperemos que no sea cierto que venimos del
mono, y si lo es, que la gente no se entere”. Se confirma que tenía cortas luces aquella señora inglesa. Una etiqueta a la que se le puede
hasta perdonar la falta de ortografía. Me refiero a destillación. El anís del Mono
se hizo tan famoso que hasta Picasso
y Juan Gris le dedicaron sendos
cuadros. Lo malo es que el anís del Mono pertenece a Osborne desde 1974, es decir, se
convirtió en marca andaluza y hasta parece que sabe de otra manera. Algo
parecido a lo que sucedió con otras marcas catalanas. Ahora me viene a la
cabeza el famoso Calisay, que fabricaba las Destilerías Mollfulleda en Arenys de Mar desde 1854. La familia Ruiz-Mateos las adquirió e hizo un
producto que en nada se parecía al original. Más tarde pasó a Pedro Rovira y trasladó la producción a
Mora la Nueva,
sin mejorar la fórmula. Las antiguas botellas son hoy objeto de colección. Con
eso lo digo todo. La ministra Tejerina sabe que la secesión no se va a
producir. En consecuencia, debería dejar de decir idioteces a los agricultores oscenses. Algunos se lo
agradeceríamos.
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