En El Español
vienen hoy domingo, bajo el apartado La Jungla,
“7 expresiones habituales que en su
origen no significaban lo mismo”. Y entre esas expresiones aparece “¡manda huevos!”. Señala el diario digital
a este respecto: “esta expresión que hiciera tremendamente popular Federico Trillo significa ‘hastío,
cansancio’, pero su origen implica otro significado distinto. Como detalla Fundéu (Fundación del Español Urgente)
la expresión tiene su origen en el arcaísmo “uebos”,
que significa “necesidad, algo necesario...”. De inmediato consulto el “Diccionario secreto” de Camilo José Cela (Alianza Editorial, Madrid, 1974, t. I, pág.163, series coleo y afines). Y me llevo una
sorpresa mayúscula. Dice: “Excepto en 1ª acep., es met. formal (los cojones
semejan huevos. antón. por huevos de ave...”. (...) 1. Del lat. opus est, a través de la loc. impersonal
cast. ant. huevos est. A mi entender,
“huevo” procede del latín ovum. Y la
palabra (así, en singular) “uebos”, (o
“huebos”, con grafía normalizada) viene
del latín opus. Ahí sí acierta Cela
al referirse a necesidad, menester. Cela, por otro lado, hace referencia a los Fueros de la Novelera (Tilander, pág. 53): “Nuill hombre qui yta oveillas a pastor, ite
las delant dos hombres que sean testimonios, si huebos fuere, que non pueda
negar el pastor”. En resumidas cuentas, “madat
opus!” equivale a decir “la necesidad obliga”. Gunnar Tilander (1894-1973) fue un hispanista sueco que publicó
importantes documentos históricos, entre ellos, los “Fueros aragoneses desconocidos
promulgados a consecuencia de la gran peste de 1384” (1ª ed. 1935; 2ª,
1959); “Los fueros de Aragón” (1937); “Documento desconocido de la
aljama de Zaragoza” (1939, 2ª ed. 1959), “El Vidal Mayor” (1956) y “Los fueros de la Novelera” (1951). Y para
terminar, una precisión: en los “Estudios
de léxico histórico español”, de María
Águeda Moreno Moreno y Marta Torres
Martínez: en su página 24 se señala que ”el primer y único registro de la
voz italiana ‘collone’ en la
lexicografía española se halla tempranamente en el ‘Diccionario de arabismos’ de Diego
de Guadix (1593). El vocablo se describe con el significado de ‘genital o
testículo’. El sustantivo en plural ‘collones’
aparece en un manuscrito aragonés (“Libro
de las maravillas del mundo”) de autoría anónima que narra el viaje a
Jerusalén, Asia y África de Juan de
Mandevilla: “Mas faze tan grant calor
en aquesta isla/ et por la grant destreza dela calor los perpendiculos de
lombre & los collones sallen fuera del cuerpo...”. “Así, -sigue
exponiendo María Águeda Moreno- la forma ‘collone’
aparece genéticamente emparentada con la voz del latín vulgar ‘coleo-onis’ (testículo) y ésta del griego clásico”.
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