Al referirse a lo sucedido en Barcelona, Francesc de Carreras, en El País, viene a señalar que casi nadie
sabe que el número de atentados yihadistas es infinitamente mayor fuera de
Europa, y que “en el pasado mes de julio se han producido en el mundo 154
ataques terroristas de signo yihadista que han provocado 744 muertos, la
mayoría en países musulmanes, sólo uno en Europa”. Añade De Carreras que no se
trata de una guerra entre el Islam y la Cristiandad, que la raíz hay que encontrarla en
causas económicas, políticas y sociales. “Deberíamos repasar –señala De
Carreras- hechos históricos recientes: la ayuda de EE UU a la guerrilla, de la
que formaba parte Ben Laden, que
luchaba contra el gobierno prosoviético de Afganistán en 1979; la invasión de
Irak en 1992 tras la ocupación de Kuwait por parte de Sadam Hussein; los semanales bombardeos de este país por las tropas
occidentales comandadas por EE UU en época de Clinton; la guerra de Bush
(y Blair y Aznar) en 2003; el apoyo a la oposición a Bashar al-Asad en Siria, provocando una guerra que, de hecho, apoya
al yihadismo; la despreocupación por la formación del Daesh, el llamado Estado Islámico, principal fuente del actual
terrorismo. Deberíamos analizar el papel del petróleo en todo ello, quién
fabrica el armamento, la alianza inquebrantable de Occidente con Arabia Saudí,
el país que más apoyo ha suministrado desde siempre a los fundamentalistas
islámicos”. Y en eso de la “alianza
inquebrantable”, a mi entender, ha tenido y tiene mucho que ver la Corona en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario