Ayer escribía sobre la desgracia que supusieron las dos
explosiones del vapor Cabo Machichaco en
la Bahía de
Santander a finales del siglo XIX. También de la novela de José María de Pereda “Pachín
González” inspirada en ese desastre y que fue la obra póstuma de ese autor
montañés. Pues bien, hoy indagaré sobre don
Adolfito, personaje popularísimo. Poseo en mi humilde biblioteca un libro, “Santander fin de siglo”, escrito por José María Gutiérrez Calderón y
prologado por Vicente de Pereda (Ediciones
Literarias Montañesas, Santander, 1935, Imprenta Aldus) dificultoso de
encontrar en las librerías por tratarse de una edición agotada. En el prólogo,
Vicente de Pereda, señala: “Hace muchos años sucedió lo siguiente: el novelista
José María de Pereda tenía un primo carnal llamado Domingo de las Cuevas, natural de Comillas y morador constante de
la liadísima villa montañesa. Cuevas era un hombre de verdadero ingenio en su
conversación, particularmente al imitar los diálogos y maneras típicas de nuestra
provincia, y al cumplir los sesenta años comenzó a publicar artículos
‘comillanos’ en los periódicos de Santander. Entonces su primo Pereda le dijo:
--¡Ay Mingo, así se empieza! Acabarás escribiendo un libro--. Efectivamente,
poco después del vaticinio Cuevas escribió un libro y el propio Pereda le puso
un prólogo”. Vicente de Pereda hace referencia a Gutiérrez Calderón, otro primo
suyo, que comenzó escribiendo artículos ‘santanderinos’ y terminó escribiendo
este libro al que ahora hago referencia, pidiéndole un prólogo a su tío.Y aquí
está trascrito parte de aquel prólogo. Pues bien, tengo otro libro “La vida en Santander. Hechos y figuras. 50
años- 1900-1949”
que costa de cuatro tomos y que es una crónica yo diría que muy completa de la
primera mitad del siglo XX. (Editorial Aldus, Santander, 1949). Fue escrito por
Fermín Sánchez González, más
conocido como Pepe Montaña, con
prólogo de Tomás Maza Solano,
cronista oficial de Santander. También diría que se trata de una edición
dificilísima de encontrar en las librerías y que conservo como un tesoro. Pepe
Montaña (Santander 1893-1971) fue comerciante (poseía una ferretería) y tras la Guerra Civil llegó a ser edil
del Ayuntamiento de Santander. Fue, además de escritor, un gran comentarista
deportivo y un excelente árbitro de fútbol. Llegó a arbitrar la final de la Copa del Rey en 1924, perteneció a la Junta Directiva de
la Federación Cántabra de Fútbol, de la Federación Atlética Montañesa y miembro fundador y
secretario del Real Club Marítimo de
Santander. Disponía de un gran archivo periodístico y fotográfico. Le fue
concedida la Cruz al
Mérito Naval en 1956. Y abriendo el Tomo I de “La vida en Santander...”, en la crónica correspondiente a 1904,
apartado segundo, Pepe Montaña hace referencia a dos cuestiones que aquí
querría señalar: 1. Don Adolfito, y 2. La extrema gravedad de José María de
Pereda por culpa de una apoplejía que le dejó hemipléjico del lado izquierdo.
Murió dos años más tarde, el 1 de marzo de 1906.
No hay comentarios:
Publicar un comentario