miércoles, 8 de agosto de 2018

El incensario de Anson



Luis María Anson, en El Mundo, saca de paseo el incensario en beneficio de Pablo Casado. ¿Para Anson, Casado “es el enemigo a batir” y quita importancia a su currículo académico puesto en entredicho. Dice al respecto: “Y claro, rebuznan infatigables algunos comentaristas con la esperanza de construir con la piel de Casado un tambor para redoblar sobre él las alabanzas a las piruetas de Pedro Sánchez. No faltan en la persecución varios militantes peperos del rencor que lanzan sus insidias escondiendo la mano. El líder liberal conservador ha reaccionado ante los vientos emborrascados con serenidad, sin altiveces pero sin vacilaciones, haciendo como siempre gala de transparencia. Y se ha mostrado impávido ante el linchamiento público. Una cuestión menor, multiplicada hasta la náusea por algunos medios de comunicación, ha encendido la canícula despoblada. Se ha elevado al Supremo, en fin, una instrucción endeble sobre unos hechos que si se hubieran cometido -y no es el caso- ya habrían prescrito”. Las posibles irregularidades universitarias de Casado son, según Anson, “una cuestión menor”. ¡Chupa del frasco! Y atribuye a Manuel Azaña “una frase con aroma cervantino”, que ni la dijo Azaña ni figura en el Quijote: “Ladran, buena señal de que cabalgamos”. Esa frase nunca fue escrita para Don Quijote, según señalaba la web “Verne” de El País. En todo caso, la expresión tendría su origen en un poema de Goethe llamado “El Ladrador”, que a su vez se inspiró un proverbio árabe y otras obras españolas del siglo XVI como ésta, publicada en el Semanario de Salamanca: "Y sufriré desprecios de tontos, que son lo mismo que ladridos de gozquecillos (perros falderos) contra los mastines; y así como estos no hacen caso de aquellos, lo mismo tendré que hacer con los de igual casta”.

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