A propósito de la apología franquista que tanto se
escucha estos días por parte de unos nostálgicos de no sabemos qué, Marcelo, el perrillo-escritor de República.com, señala: “La
misma [apología] que lidera el payaso y bisnieto de Franco, Luis Alfonso,
presidente de honor de la Fundación
Francisco Franco, que además juega en la propia Basílica a que los
franquistas más recalcitrantes le aclamen como rey, lo que constituye un claro
intento de desprestigiar a Felipe VI
con la ayuda del Vaticano”. Una apología en la que no debería entrar la Iglesia
Católica, que “recibe cientos de millones de euros por parte del Estado
español, y toda clase de privilegios y exenciones fiscales que el Vaticano y
sus órdenes religiosas pueden y deberían perder si entran en el juego”, ni el
prior de los benedictinos del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, enrocado en su negativa, y que ahora dice que
sólo permitirá que se saque la Momia
si se lo pide el jefe del Estado. Cantera estudió Geografía e Historia en la Complutense, se especializó en Historia Medieval, y era profesor de San
Pablo-CEU cuando tras una relación amorosa fallida se hizo fraile benedictino. En un claro acto de soberbia, Cantera se niega
a acudir a la Comisión de Justicia del
Senado. Y en esas estamos. Como en
el chiste del niño al que su padre no le llevaba nunca al circo: “El que quiera
verte, hijo mío, que venga a casa”.
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