martes, 6 de agosto de 2019

Vega-Sicilia y la resonancia mórfica



Las cuentas de Vega-Sicilia (24’6 millones de beneficios en 2018 frente a los 17’3 de 2017) no son moco de pavo. Bien es verdad que de esa cifra abultada  6’4 millones proceden de plusvalías de la venta de un inmueble. Así y todo, sólo puedo decir una palabra: ¡Chapeau! Pero, al margen de esos magníficos los balances, lo que más llama la atención es el Informe de gestión que la sociedad patrimonial ha enviado al Registro Mercantil. El informe señalado, que comienza con “queridos accionistas”, hace un repaso sobre la marcha del negocio con un año brillante, etc, etc., para dar un repaso al Gobierno que presidió Rajoy y al que está por ver si presidirá Sánchez; y que, en consecuencia, no pudieron sacarse adelante los Presupuestos Generales del Estado. Señala ese Informe: “El sistema económico de España es un laberinto. Crece más que nadie de los países importantes de la UE y, sin embargo, ampliamos el déficit público, aumentamos la deuda pública y no rebajamos sustancialmente el desempleo”. Y prosigue el Informe con algo que me ha dejado patidifuso: “Es algo parecido al experimento científico de la ‘resonancia mórfica’ donde España está situada —en varios aspectos— en el orden de los ‘torpes’ y, sin embargo, sus nuevos descendientes (nuevos Gobiernos) no superan a los predecesores salvo en torpeza. No solo falla España, ya que los comportamientos no evolutivos parecen generalizarse en el mundo occidental, donde muchos grandes países están en modo avestruz”. ¡Chupa del frasco! Ahora sí que voy a tomarme una copa de anís del Mono y sentarme a leer el libro “Una Nueva Ciencia de la Vida: la Hipótesis la Teoría de la Resonancia Mórfica”, del doctor Rupert Sheldrake, biólogo de Cambridge, y que publicó en 1981. Viene a decir Sheldrake, si no he interpretado mal a su autor, “que un miembro de una especie que solo pueda aprender una conducta o generar una nueva mutación a través de la transmisión genética vertical sería una pérdida de tiempo. En cambio la transmisión de una nueva habilidad de manera horizonal, a distancia y difundida entre todos los miembros de una especie a través de la resonancia mórfica muestra una mayor eficiencia, tiene sentido evolutivo y posibilita la aceleración de un proceso de adaptación”. ¿Dónde ha aprendido esas cosas Pablo Álvarez? Creo que me voy a tomar otra copa de anís por ver si disipo el espectro de mi ignorancia. ¡Jo, qué tío…!

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