Fue en San Sebastián aquel ducentésimo vigesimoctavo día de
1942, cuando Manolete compartía cartel con
Pepe Luís Vázquez y Morenito de Talavera. El primero de los
toros, de Saltillo, que le había
correspondido al diestro de Córdoba, le hirió en el lado izquierdo de la boca y
le produjo una cicatriz que la llevó el resto de sus días. Cada 16 de agosto se
celebra la fiesta en honor de san Roque en muchas poblaciones de nuestro
territorio, entre ellas en Calatayud. Y seis años antes, el 16 de agosto de
1936, hace hoy justo 80 años, era sacado de la casa granadina de la familia Rosales el poeta Federico
García Lorca y conducido al Gobierno Civil. Estos días de descanso son
buenos para leer “El hombre que detuvo a
García Lorca”, de Ian Gibson,
donde se hace una descripción formidable de Ramón Ruiz Alonso, el obrero tipográfico del diario El Ideal y miembro de la CEDA, donde había llegado a
ser diputado en 1933 y 1936. En las elecciones de ese año volvió a ser elegido,
pero por una sospecha de fraude electoral se repitieron las elecciones en
Granada y Cuenca. Y en esas segundas elecciones no salió diputado. Entonces
quiso entrar en Falange Española y pidió a José
Rosales que mediase ante José
Antonio Primo de Rivera para que el partido en el que él deseaba ingresar
le pagase 1.000 pesetas mensuales, que eran el dinero que cobraba un diputado
de entonces. Tras esa petición, inasumible por Falange, el partido le negó su
ingreso y de ahí, posiblemente, partió el odio que Ruiz Alonso sintió hacia la
familia Rosales. Durante la
Guerra Civil, Ruiz Alonso se unió a los sublevados y estuvo a
las órdenes del gobernador civil de Granada, José Valdés Gzmán. Y la muerte de García Lorca fue ordenada a
Valdés por Queipo de Llano desde
Sevilla con aquel “café, dale mucho café” tras la denuncia de Ruiz Alonso
contra García Lorca; que, a su vez creyó sentirse seguro en casa de
falangistas. Ruiz Alonso supo dónde se ocultaba el poeta después de haberlo
contado su hermana Concha en Fuente
Vaqueros, en vista de que unos milicianos amenazaron con llevarse a su padre si
no decía dónde se hallaba escondido su hijo. Hace ochenta años, tal día como
hoy, se presentaban en casa de los hermanos Rosales unos miembros de la Guardia Civil, acompañados de Juan Luis Trescastro Medina, Luis
García.-Alix Fernández y Ramón
Ruiz-Alonso. No se le perdonó a García Lorca, entre otras cosas, el hecho de
haber sido secretario de Fernando de los
Ríos, en aquellos momentos rector de la Universidad de Madrid.
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