Ignoro quién es la “garganta profunda” que ha contado a Heraldo de Aragón el asunto del
asistente de Echenique, aunque lo
imagino. Cría cuervos… Y ese periódico local lo está sacando a sus páginas con
cuentagotas (ahora ya se hace referencia a 2012) para hacer buena la greguería
de Gómez de la Serna: “Como daba besos lentos, duraban más sus
amores”. Al periódico de los Yarza,
el afloramiento de esa noticia dosificada en pequeñas tomas le está suponiendo
que todos los medios tomen por referencia
dicho periódico, con lo que le proporciona una propaganda excelente y
gratuita. El asunto de Echenique, al que la derechona le está dando una trascendencia insólita,
como si se tratara del asesinato de los marqueses
de Urquijo (en el caso de Echenique hay, sin duda, más intereses políticos
en estos tiempos de tribulación) me recuerda el asunto del sillón de José Marco, sobre el que ABC Aragón machacó con insistencia. Pero
aquello fue distinto. Había que desgastar al PSOE y, además, hubo condena. El
resultado final fue que la
Audiencia de Zaragoza condenó a 13 meses de prisión y seis
años de inhabilitación al presidente de la Diputación, así como a
una multa de 75.000 pesetas por malversación de caudales públicos y
falsificación documental. Curiosamente, por aquellos días de principios de la
década de los 90, Heraldo de Aragón,
escribió muy poco sobre el caso del sillón. El periódico recibía el encargo de
mucha publicidad desde la DPZ
y era mejor que otros medios se ocupasen de airear trapos sucios. Nunca hay que
matar a la gallina de los huevos de oro y el entonces director, Antonio Bruned, lo sabía. En suma, si procede
que Echenique debería haber pagado a la Seguridad Social
la parte alícuota por la ayuda prestada por su asistente durante una hora diaria
y no lo hizo, debe pagar la multa correspondiente. Causa finita. Me parece vergonzoso, sin embargo, lo que he podido
ver hoy al mediodía en la Sexta.
La presentadora comentaba la Operación César llevada a cabo
por la Guardia Civil
y Aduanas, referente al turbio asunto de desvío de fondos por parte de Adif
(17,4 millones de euros) en cuatro puntos concretos de la línea de alta
velocidad entre Crevillente y Murcia. Y en un momento determinado del programa “Al rojo vivo”, cuando los televidentes
estábamos expectantes ante ese nuevo caso de corrupción aflorada, interrumpía
el tertuliano Eduardo Inda a la
presentadora, preguntándole de forma inquisitorial: “¿Es que hoy no vamos a
hablar sobre Echenique?”. Para este tipo, actual director del periódico digital
OK Diario, que ya fue condenado por
informaciones falsas, e imputado junto con Esteban
Urreiztieta en noviembre de 2012 por un juzgado de Barcelona por calumnias
e injurias, tras ser denunciado El Mundo
por Artur Mas, por un desvío de
fondos a cuentas bancarias en el extranjero; este tipo, digo, daba prioridad a
hablar sobre Echenique que a opinar sobre el ingeniero José Luís Martínez Pombo, el empresario José Francisco Noguera, alias El
Perrita, José Manuel Fernández
Pujante de Construcciones Marimar,
al significado de la clave telefónica “Paraguas-José Luis”, etcétera,
etcétera. La cosa es desprestigiar a Podemos y acusar a Echenique de tener
presuntas deudas de menor cuantía con la Seguridad Social.
Ana Pastor alegará, llegado el
acaso, que no sabía nada de la corrupción en Adif mientras fue titular de la cartera de Fomento. Curiosamente la
nombraron presidenta del Congreso la víspera de que tuviese que declarar sobre
el Alvia causante de la tragedia en
Angrois. Y aquí pasó lo de siempre: la culpa, el maquinista. Y la Operación
César, ya puestos, también podría declarar culpable al marqués de Salamanca. No pasa nada. Y si pasa…, ¿qué pasa?
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