Ricardo F.Colmenero, en El Mundo, (“Muerte o molongo”), hace referencia a la actual situación del
PSOE. Haga lo que haga, lo tiene mal. Si vota no a la investidura de Rajoy, será culpable de que se
precipite el país por el cantil de los terceros comicios; si se abstiene y
Ciudadanos cambia el timón hacia el sí, está copado, etcétera. Colmenero
señala: “Hagan lo que hagan, el partido saldrá perjudicado. Su situación es la
misma que la de los tres exploradores a los que secuestra una tribu, y el jefe
obliga a uno de ellos a elegir entre muerte o molongo. El explorador contesta
que molongo, y acaba violado por toda la tribu. El segundo debe responder
a la misma pregunta y, resignado, sigue el mismo camino. Pero al tercero le
entra un ataque de dignidad y elige muerte. A lo que el jefe le responde que
'vale, pero primero molongo'”. El Partido Popular, corrupto hasta las
entretelas, no se resigna a que Rajoy, ese don
Tancredo de opereta bufa, no gobierne aunque sea en minoría y ya no sabe
por dónde tirar. Le da igual a la derechona que la legislatura dure dos años o
medio año. No les importa el devenir del país esquilmado por ellos sino
mantener los sillones sin importarles el precio. Disparan con pólvora del rey. (Recuerden
lo que aconteció en Portugal en noviembre de 2015. Apenas 27 días
transcurrieron desde que tomara posesión el conservador Pedro Passos Coelho hasta que el socialista Antonio Costa asumiese oficialmente el cargo de primer ministro).
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Ahora, visto lo visto, el PP se
convierte en animador de una pretendida “quinta columna” (invención de Emilio Mola con respecto a Madrid, para
minarla desde dentro en 1936) y pretende el más difícil todavía: llevar a cabo
la tesis de Pablo Casado, diputado
por Ávila siendo de Palencia; o sea, que los barones (léase Emiliano García-Page, Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara, presidentes de Castilla- La Mancha, Aragón y
Extremadura, respectivamente, todos ellos aupados a sus cargos de “virreyes”
por la merced de Podemos) hagan oídos sordos al Comité Federal desmarcándose
del secretario general Pedro Sánchez.
Mola, por todos es sabido, ejercía el mando militar sobre cuatro columnas en su
ataque sobre Madrid. Y pretendió que una “quinta columna” formada por
madrileños actuasen como partisanos desde dentro de ese territorio contra la República Española.
Rajoy, por otro lado, entiende que los socialistas son como los garbanzos, a
los que hay que poner a remojo para que se “ablanden” y cedan a sus
pretensiones. Sánchez ya sabe: muerte o molongo. O las dos cosas.
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