martes, 18 de julio de 2023

Flamenquines

 


Los cordobeses se quejan de que la palabra “flamenquín” no está contemplada en el Diccionario de la RAE. Se trata de trozos de jamón enrollados en cintas de lomo de cerdo rebozado en pan rallado y frito en aceite. Nadie sabe con certeza el origen de ese nombre. Según el gastrónomo Juan Vicente Córcoles fueron elaborados en su inicio en la taberna “El Gallo”, en Andújar. A fin de cuentas es carne empanada en otro formato, como lo son el cachopo, la milanesa, el cordón bleu, el sanjacobo, o ese nuevo “invento” en los bares toresanos que llaman “calandracas  a trozos de salchichas del tamaño de croquetas al vino envueltas en jamón de York y queso, rebozadas con una fina capa de tempura y pasadas por la sartén. La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía dio otra fórmula más completa, con los siguientes ingredientes: filete de lomo de cerdo, jamón serrano, jamón de York, chorizo, huevo duro, pimiento morrón, ajo, perejil, vino blanco, pimienta, sal, pan rallado sin gluten, huevo para rebozar y una cucharada de aceite de oliva. Cada maestrillo tiene su librillo. Un cordobés, Antonio Rodríguez Bagaza, anda por ahí recogiendo firmas para que ese nombre aparezca en el Diccionario. Se le ocurrió la idea tras ver un programa de televisión donde el presentador le preguntaba a un concursante qué palabra (de entre varias expuestas) no estaba en el Diccionario de la RAE. La respuesta correcta era “flamenquín”. A Antonio Rodríguez Bagaza le resulta curioso que el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, nacido en Pozoblanco en 1949, no haya propuesto la inclusión de ese localismo tabernario. Estoy convencido de que algún día se contemplará su acepción académica. Todo es cuestión de tiempo. No hay que olvidar que la función onomasiológica (agrupación de palabras en torno a un tema) de un diccionario permite encontrar las palabras que corresponden a un determinado significado. De una idea siempre se llega mediante rastreo a una palabra buscada. De ahí la importancia de los diccionarios ideológicos. Personalmente, el “Diccionario Ideológico de Julio Casares”  me ha sido de gran utilidad.

 

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