jueves, 13 de julio de 2023

Rogativas y amuletos

 


Leo en Diario de León que un pueblo de Tarragona, Borjas del Campo, es el primer municipio del Bajo Campo en rezar para que llueva”.  Se trata de una población que en 1810 fue ocupada por las tropas napoleónicas, en 1873 por los carlistas y más tarde, durante la Guerra Civil, bombardeada por la Legión Cóndor. Cerca de la localidad  se encuentra la ermita de la Madre de Dios de la Riera donde existe una talla policromada del siglo XII, construida en 1904 por Francisco de Asís Berenguer Mestres, adscrito al Modernismo y amigo de Gaudí. Al no ser arquitecto, las obras de aquella ermita no pudieron ser firmadas por él. Fue destruida por los bombardeos alemanes y reconstruida en 1954. En Borjas del Campo se produce un excelente aceite de oliva que se comercializa bajo la D.O Siurana. Pues bien, observando con detenimiento la fotografía que adjunto puede verse a un vecino con visera y paraguas en la mano (a la izquierda del joven que camina en el centro y porta la cruz procesional) pese a que de llover no está. Eso es tener fe en que “se obre el milagro” durante el trayecto, bien sea a la ida o a la vuelta. Otro joven, a la derecha, pareciera que buscase caracoles por aquello de ir por atún y ver al duque, aunque esos moluscos gasterópodos, si no llueve, no salen de paseo por  cunetas y ribazos. Las rogativas por la baja pluviometría han llegado en algunos lugares al punto disparatado  de que se realicen inmersiones en balsas o acequias con tallas de santos, algunas de mucho valor. El fenómeno de “el Niño” está consiguiendo que aumenten los episodios no deseados de las trombas de agua e inundaciones. De ahí que tengan su función los llamados esconjuraderos en el Pirineo, unos templetes que se erigieron junto a las parroquias entre los siglos XVI y XVIII y que tenían la misión de ofrecer rituales para ahuyentar tormentas y todos aquellos peligros que amenzaban las cosechas. También se practicaron toques de campana para ese mismo fin. En Castilla se conocieron como “toques de nublao”, que se llevaban a cabo diariamente entre el 3 de mayo y el 14 se septiembre. De la misma manera existen determinados amuletos contra tormentas y granizos. Sirva como ejemplo la Cruz de Caravaca (Murcia) que, además de representar la victoria de Fernando III el Santo contra los musulmanes en su cara A, en su cara B está presente un amuleto protector contra la rabia, el rayo o el fuego.

 

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