jueves, 20 de julio de 2023

Carcoma

 

Ayer me molestó un artículo leído en El Debate donde se hacía mofa del ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de España Miquel Iceta por parte de un impresentable columnista de ese medio que lo que no sabe se lo inventa. Le llamaba “ceporro”, sin explicar por qué. Pero ahí no queda la cosa. Herrera, en la COPE, se ha permitido llamar a Fernando Grande-Marlaska, magistrado y actual ministro del Interior, “Mariquilla la temprana”. Y mañana, ¿a quién insultarán? El Debate es en la actualidad un diario digital heredero de otro con la misma cabecera fundado por  Guillermo Rivas en 1910 y desaparecido en julio de 1936, perteneciente a Editorial Católica, subvencionado por la ultraderecha  alemana y en el que tuvo una importante participación Ángel Herrera Oria. Estuvo durante la Segunda República alineado con la CEDA y fue incautado por el Gobierno el 19 de julio de 1936 junto a El Siglo Futuro, Ya, Informaciones y ABC en aplicación de la Ley de Defensa de la República. El último director de El Debate fue el antisemita Francisco de Luis Díaz, fichado en 1916 por Herrera Oria cuando escribía para El Pueblo Astur, que se editaba en Oviedo. Pero el renacer de ese diario en 2021, ahora en formato digital y dirigido por Bieito Rubido (tras ser depuesto como director del diario ABC) no mejoró las expectativas. Ha seguido conservando la vieja y rancia línea editorial que mantuvo hasta su incautación, hace ya 87 años, sin perspectivas de un cambio de rumbo hacia formas de hacer un periodismo más democrático y respetuoso. Desde El Debate se insulta a todo el que no piensa como ellos y desde las emisoras de la COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal, también. La labor de zapa de esos medios es constante, taladradora y alienadora. Es como un mueble devorado por la carcoma que amenaza con llevarse por delante todos los enseres de madera de la casa. Muy parecida a la que se practicó desde 1931. A mi entender, si la Conferencia Episcopal deseara hacer política, lo normal sería que formase un partido político y se presentase a las elecciones generales. Lo que no parece de recibo es insultar a los ministros de un Gobierno por voceros de prensa y radio al servicio de una rama del Cristianismo; que, según datos de Hacienda, tuvo una asignación por parte del Estado en el último trienio de 1.059 millones de euros (597 como adelanto y 462 como liquidación). Mientras unos insultan en los medios, otros se esconden en las girolas de los templos. Ante tanta desvergüenza, entiendo que sería una acertada medida profiláctica poner fin a los acuerdos entre España y la Santa Sede firmados en 1979 (negociados y acordados antes de ser aprobada la Constitución) por Marcelino Oreja y Jean- Marie Villot, donde se reformó el anterior” Concordato de 1953 bajo los principios del nacional-catolicismo. Es curioso que en el último pacto bilateral que beneficiaba a la Iglesia Católica dejara de utilizarse la palabra “concordato”, manchada de sangre y oprobio tras los acuerdos con ese nombre firmados por el Vaticano con Hitler, Mussolini y más tarde con Franco. No parece aceptable, por lo que tiene de ingrato, morder la mano del que te da de comer en un Estado aconfesional.

 

No hay comentarios: