El
diario La Razón se hace eco hoy de
unas declaraciones recientes de Pedro
Sánchez durante la inauguración del nuevo curso político en el madrileño InstitutoCervantes, donde señaló: "España será un país mejor si tiene
más automóviles eléctricos, por cierto, fabricados en nuestro país, más
autobuses públicos y, por tanto, más
transporte público y menos Lamborghini",
en referencia a esos automóviles de importación y de lujo valorados en casi 250.000
euros que solo pueden adquirir los muy ricos. Lo cierto es que cada ciudadano
puede hacer con su dinero lo que le venga en gana, o sea, comprarse un coche,
un chalé, viajar por el mundo, o hacer obras de caridad, aunque esto último no
suele ser lo habitual. Pero entiendo lo que quiso decir Sánchez, es decir, que
todos debemos utilizar el transporte público menos él, que viaja en ‘Falcon’ y veranea en La Mareta. El problema es que esos
coches, los eléctricos, son también carísimos y el transporte público, sobre
todo el ferrocarril, está sufriendo graves quebrantos. El billete del AVE es caro y los convoyes cada día que
pasa sufren más retrasos por robos del cobre de las catenarias y la falta
del necesario mantenimiento, pero el ministro Puente justificó el
endurecimiento de las condiciones para indemnizar por los retrasos alegando que
“ya no es tan fácil cumplir como antes y ello es debido a la entrada de nuevos
competidores y al crecimiento de la red”, en referencia a ‘Ouigo’ e ‘Iryo’, en un
escenario de libre competencia. Pero a lo que iba. En ese diario aparece la
foto de un tractor de esa marca italiana y la siguiente entradilla: “Este
es el único Lamborghini que puedes
comprarte en Castilla-La Mancha sin molestar a Pedro Sánchez. También tiene cuatro ruedas aunque su
velocidad punta es menor que los conocidos coches de lujo de la marca italiana”.
Y Díaz Ayuso, a este respecto, dijo
días pasados en Arganda del Rey que “el
Ejecutivo trabaja para que los 16 consejeros del presidente de la Generalitat, Salvador Illa,vayan
enLamborghini y los currantes
madrileños se queden atrapados a diario en los Cercanías”. A los responsables
del diario La Razón les diría que, en
efecto, Lamborghini, en su división
agrícola, cuenta con cinco concesionarios oficiales en Castilla-La Mancha:
Cuidad Real, Campo de Criptana, Tomelloso, Villaseca de la Sagra y Mejorada.
También, que no todos los agricultores manchegos tienen la capacidad económica
necesaria para adquirirlos. Los tractores agrícolas son muy caros y quienes cultivan
los campos manchegos no pasan por los mejores momentos. La sequía, los
carburantes y el precio de nitratos y semillas en demasiadas ocasiones no
cubren los costes de explotación. Los jóvenes huyen de los pueblos y los viejos
se resignan silentes ante el abandono. Los tractores ya solo sirven para hacer
protestas y cortar carreteras por la desesperación reinante. Lamborghini
para ellos solo es una marca que tractor que llevan impresa en la gorra de visera
verde que les dieron en su última visita a la Feria del Campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario