domingo, 15 de septiembre de 2024

Una ermita en venta

 

 


Leo en Diario de León que está a la venta una ermita enclavada en Hinojo, en una finca de regadío de 9 hectáreas, por 325.000 euros. A mi entender, lo más extraño no es que una ermita esté a la venta sino que la Iglesia no la haya inmatriculado en el Registro de la Propiedad con certificación eclesiástica de dominio expedida por el obispo de la diócesis, en este caso de Astorga, para incluirla en su inmenso patrimonio, como suele ser habitual como revancha por las Desamortizaciones del pasado. La ermita de Hinojo, con espadaña de dos arcos aunque desnuda de campanas, se encuentra situada en un despoblado que forma parte del municipio de Villazala, muy cerca del puente Paulón, a un paso de La Bañeza. El puente Paulón (de hormigón armado y 93 metros de longitud, inaugurado en 1932) está situado en Requejo de la Vega (pedanía de Soto de la Vega, con camino ganadero trashumante, dentro de la comarca de la Vega del Tuerto y en el partido judicial de La Bañeza)  donde existe una playa fluvial del río Órbigo, ideal para domingueros por contar con merendero y parrillas para hacer barbacoas. El nombre del puente hace referencia a un barquero, de nombre Pablo, al que conocían como Pablón, que se dedicaba a transportar viajeros, ganado y mercancías entre ambas orillas cuando el río venía crecido y no había puente ni vado natural seguro. Pues bien, como decía, la ermita de Hinojo busca nuevo propietario que promueva el turismo rural o las romerías. Todo es cuestión de encontrar un santo que sea milagrero (por ejemplo san Trifón, capaz de amansar basiliscos), para acudir con carros engalanados y palmeros diestros en poner en marcha una serie de mecanismos que recreen la identidad colectiva mediante una ‘mise en scène’ que junte emociones, fervor, clamor y murga en una maraña donde se agiten en la misma coctelera los exvotos, las ofrendas, las comidas de alforja, la bendición de panes, las bombas de palenque, los pitos, las flautas, las fuerzas vivas y la pareja de la Guardia Civil con uniforme de correría y provista de naranjeros. Las costumbres de hoy serán las tradiciones de mañana. Y si se consigue que esas romerías sean de interés turístico regional, miel sobre hojuelas. Visto de esa manera, hasta podría merecer la pena la inversión. Todo sea por reforzar identidades.

 

No hay comentarios: