Sobre el vocabulario navarro

Leer al tudelano José
María Iribarren es un placer. Su obra lexicográfica se compone de dos
libros: “Vocabulario navarro”,
publicado en 1952, y “Adiciones al
vocabulario navarro”, de 1958, ambos editados por la Diputación Foral de
Navarra. Como señalaba Ricardo
Ollaquindia, “en el segundo de los libros se añadieron vocablos dispersos”.
Todos son muy ingeniosos. Entre todos ellos, haré referencia a algunos: “Calarria”, referido a “seta cogida en el Bocal, Tudela, una de las
variedades más sabrosas de España, según opinión del bromatólogo José María Busca Isasi. La Gaceta del Norte, de 26 septiembre
1969, dio el menú que se sirvió en un homenaje tributado a Dámaso Gómez en Tudela, siendo el segundo plato setas calarrias”; “folla”, referido en Olite a la comida que recibían los pobres en
el convento de San Francisco; “furrundanga”,
se aplican en Tafalla a los residuos que quedan en el recipiente donde se han
hecho natillas, magdalenas y dulces, y que se dejan a los chicos para que los rebañen
con los dedos; “trullo”, referido a
máscara de carnaval; “mortinchuelo”,
referido al entierro de un niño, etcétera. También se recoge un rosario de
refranes, dichos curiosos y letras de cancioncillas infantiles que reflejan el
sentir popular navarro: “De lo bueno, poco, y de este poco, abundante”; “desde
Cortes a Mallén, tres perricas vale el tren” (por ser dos pueblos muy próximos
aunque de distintas provincias; “madre e hija, en una camisa, suegra y nuera,
ni dentro ni fuera”; “hambre que espera comer, no es hambre”; “cuanto más
llores, menos mearás” (como dicen los de Tudela a los niños); “unión de bienes,
unión de riñas”. En fin, las sentencias populares son numerosas, y entre ellas
hay bastantes de talante machista que de ninguna de las maneras deseo trasladar
al lector. Aquí lo dejo. Que pasen un buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario