miércoles, 18 de septiembre de 2024

El sastre de Erro

 

 


Se cuenta que el sastre de Erro, Evaristo Poderós, nunca tomaba medidas. Cuando se barruntaba que estaba una boda al caer, algún pariente del novio o de la novia acudía al sastre para que les hiciese un traje de pana a medida, pero aquel sastre nunca tomaba medidas. Ante el asombro del cliente, éste le decía: “El pantalón, a ojo ya te sacaré, el chaleco tienes que de llevarlo suelto, y la chaqueta siempre la llevarás al hombro, conque no trae cuenta tirar de cinta métrica”. Arro es una pedanía de Las Bordas, en la provincia de Huesca, cerca del Monasterio de san Victorián (o san Beturián, en dialecto aragonés) en la diócesis de Barbastro.  Cuenta con una treintena habitantes. En aquel monasterio se reunieron en 1137 Ramiro I el Monje y el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, para decidir los esponsales del conde con Petronila, hija del rey aragonés. Con la desamortización de 1835 el monasterio pasó a manos privadas, fue expoliado durante la Guerra Civil y en los años 50 vaciado por mandato del entonces obispo de Barbastro, Pedro Cantero Cuadrado. La sillería del coro se envió a la parroquia de san Pedro, de Boltaña, y el retablo mayor a la catedral de Barbastro. Otros retablos menores fueron dispersados en diversas parroquias. En la actualidad, pese a que su estado es lamentable, hay visitas guiadas para ver cuatro piedras. Como dicen los de Tudela, ¡te caíste, chaquetón! Sin embargo, en 2002 el Gobierno de Aragón lo declaró Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. No cabe duda de que aquellos políticos de pacotilla tenían el cerebro como los adoquines de basalto. Las medidas adoptadas por unos sansirolés de opereta cuando ya no había nada que conservar fueron lo más parecido a las hechuras de los trajes del sastre de Erro, Evaristo Poderós, o sea, todo a la guingorria.

 

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