El pueblo de Báguena, en la provincia de Teruel, en el llamado ‘Camino del Cid’, ha tenido que sufrir la sexta avenida del barranco (allí le llaman la rambla de Anento) que pasa por medio del pueblo. Dice su alcaldesa, Pilar Rillo Rubio, del PAR, que “así no podemos seguir”. Pues una de dos: o desvían el cauce del barranco, o abandonan las viviendas de una calle tan peligrosa. Y a tres kilómetros del pueblo tienen otro barranco, el de Arguilay. Mientras tanto, que le recen a su patrón, san Blas. ¿O es que va tener la culpa el Gobierno de Sánchez de la dana? Con el cambio climático las avenidas de agua son imprevisibles. De hecho, la vía férrea que une Zaragoza con Teruel suspendió de circulación 6 trenes al estar anegada por el río Huerva la estación de Villarreal y gran parte del Campo de Daroca. También, dos trenes entre Zaragoza y Valencia corrieron la misma suerte. En la actualidad sirven de poco las cabañuelas, o los agüeros de pastores. Los satélites se equivocan poco, por no decir nada. En este sentido, acabo de leer algo muy gracioso en la hojilla de hoy del taco de calendario. Dice: “A mediados de otoño, los indios de una reserva preguntaron a su nuevo jefe si el próximo invierno sería frío. El jefe, que era de una generación moderna, levantó la mirada a las nubes y se quedó un rato contemplativo. Seguidamente les dijo a los indios: “Recoged leña, por si acaso”. Y así lo hicieron. Mientras, a solas, el jefe llamó al Servicio de Meteorología para preguntar si el invierno sería muy frío. Le contestaron que “era probable”. El jefe le dijo a los de su tribu que siguieran cogiendo leña. Así lo hicieron. Él volvió a insistir en el Servicio de Meteorología sobre el tema. Y una semana más tarde repitió la llamada. Le contestaron: “Sí, será un invierno muy frío”. El jefe le dijo a su gente que recogiera toda la leña que fuese posible. Y volvió a llamar a los meteorólogos: “¿Están ustedes seguros que el invierno será muy frío?”. “Completamente” -- le contestan-. Entonces el jefe les preguntó: “¿Y cómo están tan seguros?”. Y le respondieron: “¡Porque los indios están juntando leña como locos!”. En fin, hoy los jesuitas de Bilbao, que acostumbran a poner en el taco chistes de una ñoñería insufrible, me han ayudado en mi blog. Ha comenzado el otoño a las 14’44 P.M. Pronto pondrán las luces por las calles de las ciudades y el turrón en las repisas de los supermercados. Los fastos, cuando parece que marchan, vuelven. El odioso “cuñao”, también.
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