jueves, 19 de septiembre de 2024

Robledal sagrado

 

 


Leo en El Progreso que los vinos de la D.O. “Ribeira Sacra” sufren su mayor crisis por la caída del consumo. Ello es debido al cambio en los hábitos de los consumidores y a la disminución de exportaciones. Vendimiar cuando las cubas están llenas del año anterior presenta un problema. Pero no solo es el caso gallego. Ocurre en otras denominaciones de origen, que también se están acogiéndose a la “cosecha verde” por la que los productores reciben 60 céntimos de euro por cada kilo de uva que desecha. Parece que la solución gallega pasa por destinar una gran parte de la producción de vino a la destilación de 500.000 litros de vino tinto, donde, además, la Xunta se encarga del transporte hasta las alcoholeras y abona 1,05 euros por litro de vino a los productores que se acogen a esa medida. El alcohol resultante en la llamada “destilación de crisis” destinada a fines industriales y farmacéuticos. Se estima que mucha uva gallega se quedará sin recoger este año y la ayuda al abandono será de unos 2.000 euros por hectárea. La mal llamada  Ribeira Sacra” es una zona comprendida entre los ríos Cabe, Sil y Miño, en el sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense cuyo núcleo principal es Monforte de Lemos. Decía “la mal llamada Ribeira Sacra” por una razón. Hubo una donación en 1124 de Teresa de Portugal, su hijo Alfonso (más tarde rey) y el conde Fernando Pérez de Traba de un territorio donde ponía en las escrituras: “locum qui dicitur Rouoyra Sacrata, qui est in Monte de Ramo, territorio Caldelas”, es decir, que a ese lugar le llamaban “Rouoyra Sacra”. Fue el fraile Antonio de Yepes el que entendió que el documento hacía referencia a “Rivoira Sacra” (traducido más tarde como “Ribeira Sacra”) en referencia a la gran cantidad de monasterios existentes en la zona. No era así. El historiador Manuel Vidán Torreira llegó a la conclusión de que “rivoira” equivalía a “roble”, no a ribera, conque lo correcto hubiese sido llamar a la zona “Robledal Sagrado”. Lo cierto es que otras importantes denominaciones de origen pasan desde hace tiempo por la misma crisis, y me estoy refiriendo a “rioja”, “valdepeñas”, “campo de Borja”, “somontano”, “toro”... Está cambiando el consumo de bar, desparecen las viejas tabernas, los consumos de licores de alta graduación están en franca decadencia y los gustos se están acoplando a las nuevas tendencias del mercado. Se consumen más vinos blancos, de menor graduación. De la misma manera, según las estadísticas, el consumidor se inclina más por la cerveza, donde actualmente hay una encendida batalla entre las diversas marcas comerciales. Por otro lado, cada pueblo español tiene sus viñedos y muchos de ellos hasta su cooperativa vitivinícola. El excedente de bodegas, en consecuencia, es evidente. Diré más, si los precios de mercado son bajos, la arruina está asegurada; y sin son altos en su relación calidad-precio, deben ser de gran calidad para ser adquiridos por el consumidor aunque solo sea en determinados acontecimientos puntuales. Ese es el dilema.

 

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