viernes, 28 de junio de 2024

Falta un hueso

 


Una vecina de Cistierna (León) está muy preocupada porque unos ladrones de objetos de culto han entrado en la ermita de san Guillermo, al oriente y en la falda del macizo de Peñacorada (que cuenta con varios picos), y han robado  un  cáliz y una reliquia de ese santo que se corresponde con un trozo de rótula. Decía Víctor de la Serna que  “la gente de León tiene un matiz señorial hasta en la manera de vestir. León está lleno de señores, incluso entre los limpiabotas”.  León, según afirmaba el hijo de Concha Espina, “guarda los mejores huesos: de san Isidoro, de doña Urraca, Ordoños, Ramiros, Alfonsos, Elviras, Aldonzas, Jimenas, Blancas, Sanchas, Mayores, Constanzas, Beatrices…”. La lista parece interminable. Pero ahora faltará un hueso, el de san Guillermo, que llegó a Cistierna huyendo de Almanzor, hizo una cueva y se convirtió en eremita en el siglo X. La reliquia ahora robada fue donada hace no mucho  tiempo por  las monjas cistercienses del monasterio de San Miguel de las Dueñas, entre Bembibre y Ponferrada, llegadas desde el monasterio de Villabuena, que habían abandonado y donde finalmente se establecieron junto a Teresa, hija de Sancho I de Portugal, que llegó a ser abadesa tras separarse (entonces no existía el divorcio) de su primo carnal Alfonso IX de León, con el que había tenido tres hijos. Pero Alfonso IX volvió a casarse por segunda vez con Berenguela de Castilla. Tuvieron cinco  hijos, entre ellos Fernando, que llegó a ser rey de Castilla con el nombre de Fernando III “el Santo”. Los otros fueron Leonor, que murió pronto; Constanza, que se hizo monja en el Monasterio de las Huelgas (Burgos); Berenguela, que se casó con Juan de Brienne, emperador de Constantinopla; Fernando (ya citado); y Alfonso de Molina, padre de María de Molina y esposa de Sancho IV. Fernando III, como decía, unificó dinásticamente ambos reinos, Castilla y León, que hoy constituyen una sola comunidad autónoma. En la actualidad, esas monjas cuentan con una pequeña hospedería y destinan parte de su actividad a la confección de corsetería y decoración de cerámica. Cada 28 de mayo, las mujeres de Cistierna acuden en romería hasta la gruta del santo con manteos verdes, rojos y amarillos y pañuelos de colores atados a la cabeza. Allí se celebra una misa seguida de baile.

 

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