
“El día 23 fue un sábado. Y el ABC del domingo dedica más de una página
a reseñar la cena en Tournier. Es
curioso como huyen las cosas de la memoria. Yo no me acordaba de nada que se
refiriera a esa comida a la que asistieron –dice ABC- más de trescientos comensales…”. (…) “El banquete lo ofreció Juan Pujol y a continuación
hablaron Eugenio Montes, catedrático y redactor de El Sol, Alfonso R.
Santamaría, subdirector de ABC, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro de Maeztu y Fernando de la
Quadra Salcedo, marqués de Castillejos. Yo pronuncié unas
palabras y leí unas cuartillas. Inmediatamente vino el ofrecimiento de Juan
Ignacio Luca de Tena de si quería escribir en ABC. Le pedí unos días para pensarlo y se lo consulté a Juan Pujol,
diciéndole que haría en definitiva lo que él me aconsejara. Pujol, con un
desinterés grande, me recomendó que pasara al ABC, y allí fui en condiciones que entonces eran inmejorables. (…)
Mis condiciones en ABC eran diez
artículos de colaboración mensuales a cien pesetas cada uno. Era lo que tenían
en este año gentes de la edad y del prestigio de Manuel Bueno, Ramiro de Maeztu, Fernández Flórez, Salaverría, etc. Al pasar a ABC recomendé a Pujol a Alfredo Marqueríe para que ocupara mi
puesto en Informaciones”.
Lo que no indicaba González-Ruano en sus Memorias era que, además de aquellos
diez artículos de colaboraciones mensuales a cien pesetas cada uno, tenía
añadido un fijo mensual de otras mil pesetas, lo que no estaba nada mal en
1932. Manuel Martín Ferrand, a propósito de aquella famosa comida en Tournier, dejó escrito en su artículo que “un homenaje
literario no es compatible con una boda en el salón de la izquierda y un
congreso de sastres en la derecha”. Un año más tarde, en 1933, González-Ruano
era enviado como corresponsal de ABC
a Alemania, sin conocer una palabra en alemán, por deseo expreso de Juan
Ignacio Luca de Tena.
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