La prensa zaragozana parece el “Libro de los por qué”, como si estuviésemos leyendo El Tesoro de la Juventud, aquella
enciclopedia juvenil realizada en 20 tomos y publicada en 1920, donde también
se relataban las aventuras del Barón de
Munchausen, y que en su día le regalaron mis abuelos a mi madre. O sea,
pagas una pasta gansa por comprar un periódico de papel en espera de poder
enterarte de algo de lo que acontece y, ¡oh, sorpresa!, te topas con bobadas
llenando páginas, verbigracia: “¿qué
hacer cuando a tu hijo le da una pataleta?”; “consejos prácticos para padres primerizos”; “¿por qué tienen que jugar los niños?”; “¿por qué sentimos miedo?”; “¿qué
sería de la vida sin color?”; “qué
establecimiento hostelero es el ganador de un concurso de huevos rotos”, etc. Todas esas cosas y otras de
parecido “calado intelectual” acaparan hoy viernes la atención de uno de los
dos diarios que se editan en Zaragoza. El otro diario hace referencia a “Lambán y su viaje a Umbrete, donde tendrá un encuentro con
socialistas andaluces y participará en un paseo ciudadano acompañado de Susana
Díaz”; “la almeriense Vanesa Gil,
Chica Interviú 2016”;
“veintisiete niños de Zaragoza
acompañarán a los Reyes Magos en la Cabalgata”; etc. A mi entender, ambos diarios deberían contar a sus lectores, por ejemplo, la razón por la
que determinados políticos, (Ana Pastor,
Méndez de Vigo, Toni Cantó y un rabo de diputados y senadores) cobran 1.800 euros de complemento mensual por
gasto de vivienda, aunque esté demostrado que todos ellos disponen de casa en Madrid.
Ya dijo una ministra socialista, Carmen
Calvo Poyato, que el dinero público no era de nadie. En un artículo
interesante, Emilio Campmany ponía
varios ejemplos claros de cómo situaciones vergonzosas, inexplicablemente les
parecen muy bien a la ciudadanía. Extraigo dos: uno de ellos, referido al
problema del carbón y a las cuencas mineras: Decía Campmany: “Los mineros se
enfrentan a la Guardia
Civil para defender que se siga subvencionando, en beneficio
de unos pocos empresarios, un carbón nacional que es caro y de mala calidad. Y
cuando se manifiestan en Madrid, la gente que paga esa injustificada subvención
les aplaude como si fueran luchadores por la libertad”. En el otro, hace
referencia a una entrevista que El
Español le hizo a Luis Roldán:
“El ex director general de la
Guardia Civil exige a Paesa
que pague a Hacienda el dinero que le dio a tal efecto. No consta en base a qué
título entregó Roldán a Paesa no sé cuánto dinero. Pero si era para pagar a Hacienda,
lo más prudente hubiera sido que lo ingresara él mismo y no por medio de tan
escasamente fiable intermediario. Y, en cualquier caso, quien nos debe a todos
los españoles el dinero que robó es Luis Roldán, no Paesa. Si cometió la
tontería de darle a Paesa lo que robó, él sabrá si valían los servicios que le
prestó y que, por lo que sabemos, al menos incluía cumplir su condena en unas
condiciones privilegiadas. Pero quien tiene la deuda y no la paga es Roldán.
Pretender que el que tiene que pagar es Paesa es poco menos que remitirse a Rita la cantaora. Y a todo el mundo le
parece muy bien”. Pues nada, adelante con los faroles y que la fiesta no decaiga. ¿Quieres más? Toma, geroma, pastillas de goma... y dos huevos duros.
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