Las palabras “busilis” y
“usarced” las utiliza Gustavo
Adolfo Bécquer en su leyenda “Maese
Pérez el organista”: “Vamos
mi señora doña Baltasara, créame usarced, y créame con todas veras. Yo sospecho
que aquí hay busilis...”. (III, casi al final del capítulo)”. El sustantivo
masculino busilis viene del latín in
diebus illis (en aquellos días). En lenguaje coloquial (dar en busilis) se
utilizaba de manera jocosa y hacía referencia al punto en que estriba la
dificultad del asunto de que se trata, o sea, dar en el quid de la cuestión.
Cuando las misas se decían en latín (antes del Vaticano II) en el introitus, después del confíteor Deo omnipoténti… In diebus illis… (En aquellos días…), los
que todavía estaban fuera de la iglesia llamaban al resto para que entrase:
“Tirad pa'dentro, ya viene el busilis”. También Cervantes,
al describir la entrada de Sancho en
el gobierno de la Ínsula Barataria, dice: “El
traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a
toda la gente que el busilis del cuento no sabía, y aún a todos los que lo
sabían, que eran muchos, (II, 45). En otro lugar Cervantes asegura,
hablando de la cabeza encantada de don
Antonio en Barcelona, que “si no eran
los dos amigos de don Antonio, ninguna otra persona sabía el busilis del
encanto”, (II, 62). La palabra “usarced”, de cortesía y distanciamiento
(pronombre personal de segunda persona del singular, que en la oración
desempeña la función de sujeto y de complemento con preposición), es un sincopado
de vuesarced (vuestra merced). En la escena V de Don Juan Tenorio dice Ciutti:
“Esta es la llave / de la puerta del
jardín, / que habrá que escalar al fin / pues como usarced ya sabe, / las
tapias de ese convento/ no tienen entrada alguna”. La expresión se fue
sincopando: vuested y vusted hasta llegar al usted actual.
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