Ahora que se acercan las navidades, propongo una receta
copiada del Restaurante Los Delfines,
en la calle Santander, 31, de Zaragoza, para triunfar con los amigos que hacen
tiempo para sentarse a la mesa. Es sencilla de hacer. Ya en 2007 el entonces
jefe de cocina Jorge García y el
maestro cervecero de La Zaragozana, Antonio Fumanal, se pusieron de acuerdo
para permitir que el vapor permitiera que los alimentos absorbieran las
cualidades de la cerveza. Fue, entonces, y han pasado casi diez años, fue cuando
idearon un menú degustación a base de siete platos, entre los que se encontraba
el Bloody Mary con berberechos al vapor
de cerveza, que aquí propongo con los siguientes ingredientes: zumo de
tomate, zumo de limón, sal, pimienta, tabasco, vodka, berberechos, gelatina y
cerveza. Para su elaboración, se ponen los berberechos con la cerveza (botellín
de 1/5), se tapa y se calienta en una cazuela hasta que se abran. Más tarde se
separa el berberecho de su concha. Se diluyen cuatro hojas de gelatina en el
botellín. Cuando esté semilíquida, se sumergen los berberechos uno a uno. Se
reservan en frío. En una coctelera se mezclan cuatro partes de zumo de tomate
con una de vodka, unas gotas de limón y otras de tabasco. A la hora de servir
en la copa de cóctel se añadirán tres berberechos y una ramita de perifollo.
Así de simple. Y puede acompañarse con unas empanadillas de pequeño tamaño. Las
mejores son tres, como las hijas de Elena.
Deben servirse calientes y estar hechas con buen hojaldre crujiente, cosa
difícil de conseguir. Pueden ser de atún, tomate frito y huevo duro; de cebolla
caramelizada y foie-gras auténtico (no es necesario que el hígado de pato esté
hipertrofiado. Si es pequeño, de color beige, tiene el sabor más pronunciado);
o de sobrasada y miel. Para conseguir la mejor masa de empanadillas serán
necesarios 200 g.
de harina, pizca de sal, chorrito de aceite de oliva y un decilitro de vino
blanco. Todo ello se mezcla en un bol hasta conseguir una masa homogénea. Se
lamina con un rodillo (como el que tiene tu mujer en la mano cuando te espera a
la puerta de casa cada vez que llegas tarde por la noche) y se corta la lámina
en círculos con la ayuda de un vaso, se rellenan esos círculos con los
ingredientes preferidos (ya he dicho que para mí sólo existen tres) y, las
empanadillas, ya con forma de media luna, se colocan en una bandeja en el horno
después de haberlas pintado con huevo batido y de haber marcado los dientes con la ayuda de un
tenedor en el extremo de cada una de ellas. Se deberán tener en el horno 15/20
minutos a 180 grados. El resultado final será grandioso.
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