El demonio, el mundo y la carne
Apenas acabada la Navidad, ya tenemos encima el
Carnaval y Jueves Lardero, longaniza en el puchero. Jueves Lardero, el jueves
anterior al Domingo de Carnaval, es una fiesta campestre en la que se come el “palmo”,
que es un trozo de longaniza de ese tamaño y que se suele acompañar de otras
viandas al gusto del consumidor. Su
nombre proviene del verbo lardear, que significa untar o envolver en grasa
aquello que se va a asar. Es, desde la Edad Media, una fiesta (una alifara, como se dice en Aragón) en la que se come todo lo que estará prohibido
por el ayuno y la abstinencia durante cuarenta días a partir del Miércoles de Ceniza en el orbe cristiano. De ese modo, se desecha
uno de los tres enemigos del alma, pero nos quedarán otros dos enemigos
activados: el demonio y el mundo. María Dolores Adsuar Fernández, en su
trabajo “El demonio, el mundo y la carne.
Un tríptico francés de fantasía”, señala que “Los antiguos
catecismos consideran de triple faz la mayor enemistad del alma humana: el
demonio, el mundo y la carne. Los tres genios de la tentación acechan los
intersticios donde introducir sus rostros esquivos y avanzar desde ellos para
bendecir la eterna desdicha del espíritu, sumido sin embargo en la mayor de las
dichas terrenales”. (…) “No dudan las tres máscaras de la desesperanza en
proclamar sus atributos colosales: los muertos pueden revivir por la
incandescencia de un beso; los hombres tornarse féminas, y humanos los animales”.
(…) “Demonio, mundo y carne son los ángulos de una trinidad materializada”. Y
en medio de esta zumba quemando calorías aparecen las comparsas y las
chirigotas de Cádiz con coplillas
satíricas acompañadas de música de tanguillo, donde se alude con estribillos
grotescos a ciudadanos de todo pelaje. Verbigracia: “Y aquí me tienen / ya jubilado. / Con mis muletas que me llevan a
todos lados. / Pa no tirarme, to el día sentado / me vengo al parque y por la
tarde me paseo así. / Sofía me ha hecho hasta una riñonera. / Y si me caigo no
sufras por mí / porque tengo aquí el Thrombocid. / Pero que bien me va de
jubileta / Oye Juan Carlos que bien vas de jubileta". O sea, se
desactiva la carne y nos quedan, ¡ay!, el demonio, que es incombustible, y El Mundo, el ABC y El País, que son de
abrigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario