miércoles, 13 de marzo de 2019

Complicada partida de mus



La derecha de Pablo Casado teme que en los comicios del 28 de abril exista fragmentación de voto por pequeños partidos, lo que iría en detrimento del Partido Popular. El Partido Aragonés ha tomado nota y ya ha señalado su presidente, Arturo Aliaga, que no se presentarán coaligados, tal y como hicieron los regionalistas aragoneses, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias en las anteriores elecciones generales, donde se habían comprometido en una alianza mediante documento expreso. De hecho, todos los partidos  presentes en las listas electorales que no consigan un mínimo del 15 % de votos emitidos tampoco conseguirán escaño en el Congreso. Consciente de ello, el Partido Popular prefiere que no presenten listas en ninguna circunscripción. Aquí, como en el teatro, no hay que “robar escena”. Cuenta hoy  El País que esos navarros y esos asturianos ya han firmado, sin embargo, alianzas con el PP pese a las críticas de Casado con lo que ha dado en llamar “la moda del multipartidismo”.  Cuenta  El País, como digo, que  “las últimas encuestas señalan que el bloque de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) no obtendría una mayoría suficiente para gobernar.  Al PP le preocupa también perder la mayoría absoluta en el Senado, la Cámara que aprueba, a instancias del Gobierno, la aplicación del 155 en Cataluña, y por eso dará mayor protagonismo a los senadores del partido durante la campaña”. Por el momento las encuestas no les son favorables. También señala ese diario que “el partido de Santiago Abascal ha salido de inmediato al paso de la petición de Casado, reiterando su decisión de presentarse en todas las circunscripciones electorales. A través de un comunicado, Vox ha recordado que su secretario general, Javier Ortega Smith, ya contestó a su homólogo del PP, Teodoro García Egea que la decisión adoptada el pasado 19 de febrero por su Comisión Ejecutiva Nacional era inamovible y que Vox no se va a plegar a los intereses de ningún otro partido”. Vox se ha venido arriba lanzando ese órdago, sin pararse a pensar que las generales del 28-A nada tienen que ver con las pasadas elecciones andaluzas. De momento, a morderse el labio inferior, a sacar la punta de la lengua, a torcer los labios,  a elevar las cejas y a guiñar el ojo. El resultado de esa complicada partida de mus, la larga noche de san Prudencio. Abascal, de momento, parece haberle recordado a Casado los versos de Quevedo: "No he de callar, por más que con el dedo, / ya tocando la boca, o ya la frente / silencio avises o amenaces miedo".

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