lunes, 4 de marzo de 2019

Cincomarzada ventolera



Que el día 4, o sea, hoy, está entre el tres y el cinco es algo tan evidente que no necesita demostración. La Iglesia conmemora la festividad de san Antonio Farina, fundador de las Hermanas Maestras de santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones con el fin de educar a las niñas pobres, sordomudas y ciegas. El único Farina del que yo tengo noticia es Rafael, salmantino, que en realidad se apellidaba  Salazar Motos y cantaba “Las campanas de Linares” como homenaje a Manolete. Gitano gótico, fue hermano de Calderas de Salamanca, que este año hubiese cumplido un siglo, y tío de Diego El Cigala, hijo de su hermana Juana. “Campanas, /que agonía, / las campanas de Linares,/ repicando, / noche y día, / bajo un cielo de alabares”. Y mañana, día 5, es festivo en Zaragoza. Se celebra la cincomarzada en el Parque de Tío Jorge. Es una fiesta campestre rescatada del olvido con la llegada de la democracia. Se conmemora un enfrentamiento entre carlista e isabelinos que tuvo lugar ese día, en 1838. Una guarnición de carlistas impidió el paso hacia El Maestrazgo de una expedición mandada por Basilio García que, tras abandonar Navarra, tenía intención de unirse a las tropas del general Cabrera. Ese general, mal informado, dio por hecho que Zaragoza estaba desguarnecida y envió a Juan Cabañero a asaltar la ciudad con 2.800 soldados Infantería y 300 soldados de Caballería con el único fin de saquearla. Tras el fracaso carlista, se añadió al escudo de Zaragoza la mención de “siempre heroica” y se le dio nombre a una calle; que, con el triunfo de los rebeldes en la Guerra Civil se cambió por “Requeté aragonés”. Volvió a recobrar su antiguo nombre de “Cinco de marzo” muerto  Franco, siendo alcalde constitucional  Ramón Sáinz de Varanda. Por cierto, los pasteleros locales, que ya tienen un pastel para cada festividad, idearon una especie de roscón en forma de “cinco”, que es una masa de hojaldre  o de bollo rellena de nata o de chocolate con forma de ese dígito.

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