Me entero de que el próximo miércoles, 20 de marzo,
cerrará la catedral de Zamora sus visitas al público por estar dedicada esa
jornada a un rodaje de MasterChef, de
Televisión Española. El Correo de Zamora
señala hoy que “a partir del martes, el ágora de la Catedral de San Salvador
comenzará a transformarse en el plató de televisión ya que, según fuentes
catedralicias, desde primera hora de la mañana está previsto el inicio de las
labores de montaje. Los productores del exitoso "talent show" culinario instalarán casi una decena de
cocinas en los exteriores del templo para que los concursantes demuestren al
día siguiente su destreza en los fogones”. Y todo indica que los pasillos del
claustro de esa catedral servirán como centro de degustación de los platos que
ese día se confeccionen con más o menos destreza. Lo que habría que preguntarle
al obispo, Gregorio Martínez Sacristán,
responsable de esa diócesis, es cuánto dinero recibirán del Estado, dueño de la
televisión pública, por prestarle sus decorados. Si se buscaban lugares originales
para un concurso televisivo, a mi entender, hubiese cumplido su misión
perfectamente cualquier edificio de la red de Paradores Nacionales (casi un
centenar), todos ellos ubicados en antiguas residencias solariegas de interés
histórico-artístico. El Gobierno debería ser consciente de que el dinero
público es de todos, y de que, en 2012, se hicieron públicas las dificultades
económicas de la actual red de Paradores y de la necesidad de buscar medidas
para garantizar su futuro. En el concreto caso de Zamora, hubiese dado buen
juego el Parador Nacional Condes de Alba
y Aliste, instalado en un palacio renacentista de mediados del siglo XV,
con un extraordinario patio plateresco y habitaciones con amplias vistas a la
plaza de Viriato, con la estatua de
ese guerrero lusitano hecha y fundida en bronce por Eduardo Barrón en 1882. En dicha estatua, erigida sobre un peñasco
de Sayago que tuvo que ser transportado en dos mitades, puede leerse:”Terror Romanorum” pese a que, curiosamente, fue la estatua fue
fundida en Roma.
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