Me viene a la memoria el recuerdo de un borrachín, Adolfo Astaburuaga Pontide, con el que
intercambiaba novelas del Oeste y al que en cierta ocasión invité a comer en un
restorán de Calatayud. Nos metimos al coleto un plato de judías blancas que no
se las saltaba un gitano con pértiga, después creo que tomamosunos huevos “high life” (que el caló porteño transformó en el término “jailaife”) al estilo de cómo los
preparaban casi cien años antes en el madrileño Fornos, en la calle Alcalá esquina a Peligros. Algo muy sencillo de
hacer. En una rebanada de pan de molde se vaciaba el centro, donde se volcaba
un huevo frito con aceite muy caliente hasta conseguir que el pan se tornase
crujiente. Y aquel hombre bonachón, que además de leer a Lafuente Estefanía veía por televisión las películas de El Virginiano, acompañó la excelente comida
con un vino de pasto, del que no dejó una gota en la jarra. Llegado el momento
del postre, Adolfo Astaburuaga Pontide, que además de borrachín era médico
(piel y venéreas), solicito del camarero fresas con vino y vino. Recalcó lo del
vino por disipar posibles dudas. Estos días, que estoy confinado en casa por
orden del Gobierno, escucho todas las tardes, a las ocho, aplausos y la cantilena
“Resistiré” en los balcones. Los
ciudadanos han vuelto a dar vida a una canción que puso de moda el Dúo Dinámico, compuesto por Ramón Arcusa y Manuel de la Calva, que hoy superan los 83 años, en la década de
los 80. Pero muy pocos saben que el autor no fue ninguno de ellos sino el
periodista deportivo Carlos Toro y Montoro,
que es como decir fresas con vino y más vino. Cosa diferente es que a la hora
de registrar esa tonada en la SGAE, figurasen como coautores de música y letra
De la Calva y Toro, respectivamente. Hoy es un himno de resistencia queincluyó Almodóvar
al final de la película “¡Átame!”,
cuando los tres protagonistas (Loles León,
Antonio Banderas y Victoria Abril) circulan en un coche por una carretera infame en su huida
hacia adelante.
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