No
sé si a Lambán le habrá sentado mal
alguna comida o habrá confundido el anís
del Mono con la colonia Álvarez
Gómez. El caso es que sus últimas declaraciones a los medios me han dejado
patidifuso. Hace sólo unos días dijo que los niños deberían salir de paseo un
rato por las tardes para no estar metidos todo el día en casa. Lo que no aclaró
era quiénes deberían acompañarles, si los padres, los abuelos, si por las zonas
de sol o por las zonas sombra…, porque
Lambán debería ser conocedor de que los parques ya han sido cerrados por el
alcalde Jorge Azcón como medida
preventiva. Y hoy leo en Heraldo de
Aragón que Lambán “pide dos o tres días antes del cierre industrial y,
siguiendo recomendaciones de la UAGA, medidas para que los afectados por los
ERTE trabajen en el sector de la fruta ante la falta de mano de obra”. De la
misma manera, Lambán instó a Sánchez “a
tener abiertas las gestorías y aquellas industrias de las que se abastecen
otras esenciales, necesarias para mantener abiertas oficinas de farmacia o
supermercados”. Si Lambán se hubiese tomado la molestia de leer las últimas
medidas adoptadas por el Gobierno sabría que tanto gestorías como empresas
abastecedoras de de farmacias y supermercados deben continuar funcionando a
pleno rendimiento por estar consideradas dentro de las medidas esenciales. El Covid-19, según indican los científicos, es tan contagioso para personas
mayores como para adolescentes y niños. La prueba está en que se han
registrados dos muertes recientes en personas de corta edad: un adolescente en
Portugal y un bebé en Estados Unidos. No queda otra que seguir encerrado en los
domicilios si queremos que la curva del coronavirus se aplane. En Aragón
tenemos 1.858 casos de enfermos registrados (hasta el pasado sábado) y 93 fallecidos. Lo de
menos es saber si la mutación se produjo por un pangolín malayo o por un
murciélago. Aquí lo que importa ahora es conseguir una futura vacuna que salve el
mayor número de vidas posibles. Ni los niños deben salir de paseo ni se pueden
demorar los cierres industriales, salvo excepciones, ni el sector de la
construcción. El hecho de que Lambán no vea féretros por las calles ni duelos
desgarrados no quiere decir que no existan. Los soldados de primera línea nunca
desfilan el día de la victoria. Y aquí los soldados de primera línea son los
sanitarios en su lucha por salvar vidas, y muchos de ellos muriendo en el
intento, no unos presidentes autonómicos que por el día no hacen nada y por la
tarde lo pasan a limpio. Conque ya basta, Lambán. Cuando no se aporta nada
nuevo que ayude a mitigar este tremendo dolor, mejor se calla uno.
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