En “Los desayunos de
TVE”, Rudi, presidenta de la
comisión organizadora del próximo congreso del PP, señaló que podría haber
próximas elecciones generales en el caso de no ser aprobados los Presupuestos Generales del Estado, e
hizo referencia al temor de que Sánchez pueda
convertirse en el próximo secretario general de los socialistas. Rudi, según
entiendo, no ha dicho nada nuevo que no sospechemos todos: que Rajoy está deseoso de tener una excusa
para volver a las urnas y conseguir los suficientes escaños como para poder
gobernar a su antojo con la ayuda de Ciudadanos. Rajoy no sabe gobernar sin
mayoría absoluta y sin ese corifeo bicameral que hace lo que se le ordena
(para seguir saliendo en la foto), y que sólo beneficia a la clase privilegiada,
incluido el clero, que le otorga su confianza en las urnas. Lo peor de todo es
que esa confianza también se la entregan ciudadanos de edad avanzada y escasos
recursos que hacen bueno el dicho de “más vale malo conocido…”, y a los que les
asusta que otras opciones políticas les mengüen sus ridículas pensiones, o que
les ocurra lo que dicen los telediarios que sucede en Venezuela, aunque no
tengan ni idea dónde queda ese país en el mapa. El miedo guarda la viña y la
derechona ya se ha encargado de que la llama de esa fogata no se apague. La reforma laboral, que ya ha conseguido hacer
una triste legión de obreros pobres; la disminución de becas en mor de las
“excelencias”; el caos en los hospitales públicos en beneficio de las clínicas
privadas y de los infrautilizados hospitales militares; el rescate a las cajas
de ahorro conscientes de que ese dinero entregado nunca será devuelto; el
repago de los medicamentos por los jubilados; el vergonzoso 0’25% de aumento en
las pensiones que ya se ha hecho crónico; la falta de dotación presupuestaria
a la Ley de la Memoria Histórica,
que permite que los esqueletos de los fusilados por defender la libertad sigan
en las cunetas después de ochenta años; la falta de dotación a la dependencia,
etcétera, etcétera, son sólo muestras de cómo se las gastan los nietos de los
que ganaron la última Guerra Civil y que nunca se han dignado en reconocer las
atrocidades de sus responsables. En España no existe la ultraderecha, como
partido político sólido, que pueda restar votos al PP, como es el caso de
Francia, por la sencilla razón de que gran parte de esa ultraderecha, aquella
que iba a hacer “la revolución pendiente”
y devolver a los españoles “la
patria, el pan y la justicia” (recuerden el chistoso Fuero de los Españoles)
anida dentro sus filas, donde se siente cómoda.Y a los niños que sólo pueden hacer una comida diaria, que les sigan dando... Por eso digo que Rudi no a dicho cosa distinta
a lo que muchos ciudadanos suponemos que puede ocurrir a partir de mayo. Si
nada cambia, me refiero al mezquino entender del nuevo vasallaje imperante que
entiende la corrupción política como algo “menos
grave”, aquí tendremos derechona para los próximos mil años. Eso mismo
creía Goebbels, aquel hijo de una
familia católica acomodada.
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