Resulta esperpéntico que un ciudadano haya sido multado con 180
euros en un Estado aconfesional, como es el caso de España, por hacer la
“peineta” a la imagen de la Virgen de Valdejimena el 16 de agosto de
2015, durante una romería en la localidad salmantina de Horcajo Medianero. En
la condena se explicaba que había cometido un delito de injurias, por el que el
fiscal pedía dos meses de prisión. Pero finalmente el delito fue rebajado al
afirmar el acusado que la “peineta” iba dirigida al cura. Hacer la peineta, ese
gesto que hizo Aznar en Oviedo a
unos estudiantes cuando le abuchearon en febrero de 2010, tiene su origen en la Antigua Grecia y es sinónimo de
zafiedad. Cuentan que se utilizaba para alejar el mal de ojo. Se cuenta que en la
batalla de Agincourt, durante la Guerra de los Cien Años, los franceses se
habían propuesto cortar el dedo corazón a todo arquero inglés que lograsen
capturar, así los arqueros mutilados de poco servirían en la batalla. Cuando la
batalla comenzó a decantarse a favor de los ingleses, los arqueros comenzaron a
enseñar su dedo corazón a los franceses como burla. Sea como fuere, siempre
será preferible una “peineta” a un corte de mangas, que resulta más obsceno.
Una “peineta” suele usarse para llamar cornudo a alguien, cuando se colocan dos
dedos de la mano detrás de la cabeza. El gesto de levantar el dedo corazón para
insultar se llama también “peineta”, aunque sólo por analogía con el otro
gesto. Mal estuvo lo de Aznar y peor estuvo lo de Andrea Fabra, diputada del PP por Castellón, cuando en 2012 dijo
aquello de “que se jodan” en un pleno
del Congreso, cuando Mariano Rajoy
anunciaba recortes en las prestaciones por desempleo. Una expresión chulesca
que se convirtió en 'trending topping'
en Twitter. Andrea Fabra, para el que lo desconozca, es la hija
de Carlos Fabra, el tipo al que más
veces le ha tocado el premio gordo en la Lotería de Navidad. A mi entender, el ciudadano
que hizo la “peineta” en la romería de Horcajo Medianero, no sé si a una
imagen, no sé si a un cura, hizo un
grosero acto, pero un acto de libertad de expresión. Ni Aznar ni Fabra, que a
mi me conste, fueron condenados a penas de multa. El dedo corazón no admite
priapismo salvo en los masajes prostáticos que se administran por el ojo del
culo con fines terapeúticos. Y puesto que hacía referencia a la batalla
de Agincourt, acabaré haciendo referencia a la Revolución de 1868, cuando el pueblo de Madrid
cantaba la siguiente copla: “¡Viva la
revolución! / ¡Viva Prim! ¡Viva Topete! / ¡Y al marido de la reina, / que le
den por el ojete!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario