viernes, 21 de abril de 2017

La Banda del Canal





Juan Manuel Aragües cuenta un chiste en El Periódico de Aragón, en su artículo “Franco en Andorra”. En una de sus visitas al Principado, a Franco le presentan a todos sus ministros, entre ellos el ministro de Marina. “Franco se ríe y los andorranos le preguntan que a qué vienen esas risas. El contesta: “Hombre, ministro de Marina, ¡si no tenéis mar!”, a lo que le contestan: “Oiga, que nosotros no nos hemos reído cuando nos ha presentado al ministro de Justicia”. Ayer la Justicia española tuvo trabajo, y en televisión pudimos ver las lágrimas de cocodrilo de Esperanza Aguirre y el modo “sobrado” con el que se explicaba Francisco Marhuenda. A ambos, a Aguirre, a la que le han salido hasta el momento 26 ranas de la charca, y a Marhuenda, que aseguraba a los medios en relación a la Operación Lezo que nunca presionó a Cifuentes y que reconoció que a Marisa González, jefa del Gabinete de Cifuentes, le había llamado “zorra”, eso sí, en lenguaje coloquial, les escuché la misma frase: “A la política hay que venir llorado”; “Al periodismo hay que venir llorado”. ¿Casualidad? No sé. Mariano Rajoy se montaba en el tren para evocar el primer viaje del AVE Sevilla-Madrid, hace un cuarto de siglo. Y en un arranque de valentía dijo que este año Fomento iba a invertir 1.300 millones en la red de alta velocidad con destino a no sabemos dónde, tal vez a La Alpujarra. Lo que no contó Rajoy es por qué razón a los viajeros de Madrid-Valladolid y viceversa hay que subvencionarles el billete; o por qué motivo, en el tramo Olmedo-Zamora los trenes de alta velocidad tienen parada en Otero de Sanabría, que cuenta con 26 habitantes. Hay muchas cosas que no se explican, o que yo no entiendo. Sobre el feo asunto del Canal de Isabel II me da la impresión de que sólo es un “cortafuegos” en un intento, no sé si vano, por contener la cascada de desafueros que se le viene encima al Partido Popular. Podría ser que lo de la Banda del Canal sólo sea la punta del iceberg de algo mucho más serio que todavía desconocemos. Tiempo le pido al tiempo... En un Estado de derecho parece difícil de entender que no sea relevado de sus funciones de forma fulminante el nuevo fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, que intentó limitar el alcance de la investigación en torno a  Ignacio González y tuvo que someterse a la Junta de Fiscales. Lo del chiste de Franco que contaba Aragües es el mismo espejo donde ahora se acicala con peine de carey Rafael Catalá, anterior secretario de Estado de Infraestructuras y ahora ministro de Justicia y notario mayor del Reino.

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