martes, 18 de abril de 2017

La Sevilla del XIX





Tal día como hoy, hace justamente 170 años, tenía lugar la primera Feria de Abril en Sevilla, instalada en la Pradera de San Sebastián a iniciativa de los concejales y  empresarios: José María Ybarra, vasco, y de Narciso Bonaplata, catalán. Era alcalde Alejandro Aguado, que llegaría a ser el artífice del Teatro de San Fernando en el antiguo Hospital el Espíritu Santo situado en la calle Colcheros (hoy calle Tetuán) y que en 1844 estaba ocupado por el Instituto Sevillano, que dirigía Ramón Hernández desde que por la Desamortización se hizo cargo del inmueble la Junta de Beneficencia. La intervención de Bonaplata en la vida pública municipal fue decisiva para la ciudad. Este personaje, que ya tenía negocios de fundición y maquinaria en la capital fue elegido en junio de 1843 para formar parte del colegio de compromisarios que debería formar una Junta de Gobierno en Sevilla para organizar la defensa contra los ataques esparteristas del general Van Halen y en favor de la legalidad constitucional. En mayo del 46 fue elegido corregidor y dos años más tarde teniente de alcalde. Otro promotor del teatro fue Francisco Javier de la Borbolla. En 1845 había formado parte de la Junta Municipal de Beneficiencia que, como decía al principio, era el organismo que debería aprobar el derribo del Hospital y la creación del teatro. También ayudaron en esa consecución el marqués de la Motilla, Joaquín Martínez Cintora, catedrático de Jurisprudencia, y Ángel Ayala. Cuando la subasta del Hospital parecía zanjada, apareció un nuevo pujador en la subasta, Julián José Sánchez, que había llegado a un acuerdo con José de Caso para constituir una sociedad al cincuenta por ciento y cuya finalidad era la de construir, además del teatro, un café y un casino. Para la construcción de ese complejo, Sánchez y Caso firmaron un contrato con los ingenieros franceses  Gustavo  Steinacher y Pablo Rohautl de Fleury, que a su vez formaron la sociedad Steinacher y Cía, que haría grandes obras en Sevilla. La sociedad se disolvió el 15 de mayo de 1846 y ocho días más tarde se escrituraba otra nueva sociedad entre Steinacher y Rohault con el objetivo de construir el futuro Puente de Triana, que se inauguraría en 1852 con el nombre de Puente de Isabel II. El Teatro de San Fernando se inauguró el 21 de diciembre de 1847. El precio final fue de dos millones de reales de vellón. También funcionó el café y el proyectado casino terminó siendo una casa de huéspedes que tenía comunicación directa con el escenario. Allí se solía hospedar el elenco de actores. El Teatro de San Fernando, según Pascual Madoz, estuvo considerado como el mejor de España hasta la construcción del madrileño Teatro Real. Hubo diferentes categorías de localidades: palcos plateas, palcos principales y entresuelos, palcos de tornavoz en la tertulia, anfiteatros de señoras y caballeros, lunetas, delanteros de tertulias y tertulias. El abono más barato, válido para 60 funciones, contaba 240 reales y el más caro 1.800. En la noche de su inauguración se interpretó la ópera I Lombardi alla prima cruciata (Los lombardos en la primera cruzada) con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera, estrenada en el Teatro de la Scala de Milán en 1843. El Teatro San Fernando cerró sus puertas en 1969 y derribado en 1973. Hoy en ese punto de la calle Tetuan existe un C&A.

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