No parece de buena educación asistir al convite de una boda sin
haber sido invitado. Ni que cuando alguien descubre que se la “colado” en la
fiesta y le invita a marcharse por donde ha venido, el “gorrón” diga que le han
vetado al banquete. Vamos a ver. Lo de Irene
Montero es de libro. Angels Barceló
dirige el programa de la SER
“Hora 25”. Y a ese programa asistía como
tertuliano Iñigo Errejón, de
Podemos. Pero ese político dijo que no iba a volver a ese programa de radio,
que su partido prefería que hubiese una rotación entre diputados de su grupo
parlamentario. Bueno, pues nada, tan amigos. Adiós, usted siga bien. Pero la
sorpresa llegó al día siguiente, cuando apareció por el estudio de radio,
provisionalmente trasladado en Museo
Reina Sofía donde se hacía un programa especial sobre el Guernica, Irene Montero dispuesta a
engancharse al micrófono y desbarrar de lo lindo, como ya nos tiene
acostumbrados. Barceló le indicó a Montero que no está invitada, pero que
podía, si así lo deseaba, sentarse junto al público como oyente de ese programa
nocturno. Pero Irene Montero no se conformó y “exigió” participar en el
programa como tertuliana. Barceló le indicó entonces que había sido su partido
político, Podemos, el que vetó a Errejón para seguir participando como
contertulio y, en consecuencia, se le indicaron a Montero con mucha educación
que la SER no
admitía imposiciones de ningún partido político. Irene, muy enfadada, declinó
la invitación de sentarse de oyente y se marchó indignada, porque “no se le
permitía participar”. Esto es el colmo de los despropósitos. “En cualquier caso
– según señala el diario ABC-- Montero ha querido aprovechar esa
grabación [un video presentado por Podemos] para repasar los temas que hubiera
querido abordar durante esa tertulia si hubiera podido participar. Además de
aludir al aniversario [del bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor y al cuadro de
Picasso], la portavoz de Podemos ha
denunciado la ‘ciénaga de corrupción’ en la que estamos metidos por culpa del
PP’. Poco después --sigue comentando ese diario-- era el propio secretario
general de Podemos, Pablo Iglesias quien
afirmaba en Twitter: “Nos quieren
correctos o calladitos, pero seguiremos diciendo verdades. Aunque duelan al
poder”. Bueno, pues que las digan donde proceda, o sea, en el Parlamento, que
para eso cobran del contribuyente.
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