martes, 4 de abril de 2017

¡Que paguen los domingueros!





Me entero por El País de que, según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para este año presentado al Congreso, “la dotación a la DGT cae un 2 % pero confía recaudar 355 millones de euros en multas este año”. Eso me recuerda lo que le sucede a un botones en un hotel de lujo cuando se le contrata. Se le informa al aspirante que su salario será pequeño, pero que tendrá la posibilidad de incrementarlo sustancialmente con las propinas que reciba de los clientes. Si el Gobierno da por hecho que no importa que la dotación para Tráfico caiga un 2% esperando compensarlo con creces con las multas impuestas, también yo, ciudadano que paga en sus impuestos hasta el último celemín, estoy en mi derecho a pensar que en muchas multas que aplica la Guardia Civil en carretera existe, además de una infracción, un perverso afán recaudatorio, Sobre todo, con los radares-armario escondidos entre matorrales en páramos de carreteras secundarias donde no pasa ni cristo. Aquí lo que no va en preces va en oraciones. Podría invitar a los conductores a que se encomendasen a san Cristóbal, uno de los catorce santos auxiliadores, pero ahora recuerdo que fue descanonizado por Pablo VI tras el Concilio Vaticano II, como sucedió con san Crispín, santa Bárbara, santa Úrsula, etcétera. Supongo que con esa previsible recaudación en multas de tráfico se podrá hacer frente, también, a la obra del piso oficial del director general de Tráfico, Gregorio Serrano, antiguo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla siendo alcalde Juan Ignacio Zoido, cuya reforma integral fue adjudicada a Mercon Obras SL, por 50.762 euros. Según el dossier completo de la citada obra, el presupuesto incluye, entre otras cosas, un falso techo de escayola lisa por 2.325 euros, un armario corredero de 2.392 euros o una tarima flotante de roble de 4.000 euros. La actuación supone desde el reemplazo de ventanas hasta la instalación de un nuevo sistema de calefacción, e implica trabajos de albañilería, fontanería, instalación eléctrica, pintura, carpintería metálica y de madera. Pero no pasa nada. Con sacar la libretilla de las multas a pasear y dotar a los radares de armario, no sé si correderos, con lupas como las de telescopio espacial Hubble, que la obra en la casa-cuartel donde vivirá Gregorio Serrano la paguen los domingueros. Así de fácil.

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