Estos días de Semana Santa la prensa machaca sobre cansinos
temas procesionales o sobre la reciente muerte inesperada de Carme Chacón, que a todos nos ha
llenado de consternación. Era una mujer joven y culta. Personalmente aprovecho para leer Plaza universal de todas ciencias y artes
compuesta (1615) por Cristóbal Suárez de
Figueroa. No deja de sorprenderme. En su Discurso VI, De los formadores de calendarios, descubro cosas que no sabía. Por
ejemplo:
“Declárase así por Estío después de la Pascua de Pentecostés el
primer miércoles es uno destos ayunos: por Otoño la cuarta Feria después de
Santa Cruz de Setiembre: por Invierno,
la cuarta Feria después de Santa Lucía que es Diciembre: por verano la cuarta
Feria después de Ceniza. Hanse de saber
también los días en que se cierran las velaciones que sucede desde el Adviento
hasta la Epifanía;
desde la Septuagésima
hasta Domingo de Cuasimodo; desde los tres días de las Letanías, hasta tres
días después de la Pascua
de Espíritu Santo. Tampoco debe ignorar en qué días no es conveniente pedir
acceso conyugal, como tres días antes de la sagrada Comunión; en tiempo de la
preñez, si hay peligro de aborto, y al tiempo de la purificación después del
parto. Es menester saber las fiestas, y vigilias de precepto, si bien se halla
todo con facilidad en los Breviarios y oficios Romanos, donde se les pone
particulares señales. Demás conviene saber los días Caniculares, llamados así
de una estrella (por usar las palabras de Arato) a quien en llegando el Sol, de
doblan los calores, y por eso muchas veces es tan dañosa como perro que rabia”.
Es una delicia, ya digo, la lectura de Suárez de Figueroa.
Al referirse a los juegos, en otro apartado del libro, escribe que los juegos de naipes más comunes
de su tiempo eran:
Primera, cientos, quínolas, el quince, el treinta, la flor, el
capadillo, tenderete, bazas, triunfo vueltos, polla, reinado, barriga, parar,
pintillas, carteta, rentoy, el hombre, el cuco, patacán...
Recomiendo la lectura de sus 743 páginas. El libro está editado
en Perpiñán, por Luis Roure, librero. Año MDCXXIX. Suárez de Figueroa se cita como
referente en el Diccionario de
autoridades. Toda su obra se encuentra en dominio público.
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