Lo de Kim Jong-un
lanzando un órdago a los Estados Unidos amenazando con armas nucleares parece
un sarcasmo. Es como si yo tratase de amenazar a la Brigada Castillejos con una
carabina de aire comprimido. Kim Jong-un es lo más parecido a un personaje de
las viñetas de Antonio Orbegozo en
el suplemento de Gente Menuda, donde
un niños travieso pintaba un globo en forma de balón, lo pegaba al suelo e
invitaba a un amigo a que le diese una patada. Entonces explotaba. Y en la
última viñeta ponía “¡plum!” en medio de una nube de polvo. Corea del Norte
lanzó la pasada madrugada un misil, que estalló en el aire al poco de ser
disparado. Vamos, como en las viñetas de Orbegozo. Hay que tener cuidado con la
cohetería cuando no se es experto en pirotecnia. Ya los árabes irrumpieron en
las defensas de ciudades amuralladas con las poco eficientes culebrinas
muralleras. Y aquellas aguas trajeron estos lodos, o sea, la Nit del Foc, las tracas, las mascletás,
etc., que tanto gustan por la parte de Valencia. Kim Jong-un debería tomarse
unas vacaciones y darse una vuelta por nuestras fiestas mediterráneas. Seguro
que regresaría a su país pensando en enraizar las fiestas de Moros y Cristianos
a los acordes de Paquito el Chocolatero, o sea.
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